El 15 de noviembre, la Familia Salesiana recuerda la figura de la Beata Magdalena Morano, religiosa de las Hijas de María Auxiliadora.
Por el P.Pier Luigi Cameroni, SDB
Magdalena
Caterina Morano (1847-1908) comenzó desde joven un aprendizaje
pedagógico al que dedicará toda su vida, sobre todo después de la
graduación como maestra de escuela primaria. Rica en experiencia
didáctica y catequesis, alrededor de treinta años, animada por Don
Bosco, pudo cumplir un deseo de consagración que se remonta a su primera
comunión. En 1879 se convirtió en Hija de María Auxiliadora y le pidió
al Señor la gracia "de seguir con vida hasta que haya completado la
medida de la santidad".
Destinada
a Sicilia en 1881, se inició una fructífera labor educativa entre las
niñas y jóvenes de las clases populares. Pasando constantemente "una
mirada a la tierra y diez al Cielo", abrió escuelas, oratorios,
albergues, laboratorios de toda la isla. Nombrada Superiora Provincial,
también asumió el compromiso formativo por las nuevas muchas vocaciones,
atraídas por su celo y la atmósfera de la comunidad que se crea a su
alrededor. Su múltiple apostolado fue apreciado y alentado por los
obispos, que leconfiaron a su evangélica iniciativa la Obra de los
catecismos.
Socavada
por un tumor, el 26 de Marzo de 1908, sor Magdalena Morano cerró en
Catania una vida de plena coherencia, vivida siempre con el objetivo de
"no obstaculizar la acción de la Gracia sin entregarse nunca al egoísmo
personal".
La Beata Morano es
modelo eminente de auténtica vida salesiana, que comenzó en el contacto
personal con Don Bosco, y portadora de una peculiar interioridad
apostólica, tanto en el estilo de unión con Dios, como en el espíritu de
iniciativa y en el trabajo duro y magnanimidad de visión.
Con su ejemplo, indica a la Familia Salesiana las fuentes de su carisma y estimula a renovar el ardor.
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