(ANS – Roma) –
El lunes, 13 de octubre, la Familia Salesiana conmemora la figura de
Alexandrina Maria da Costa, Salesiana Cooperadora. “A diez años de su
beatificación, acaecida el 25 de abril de 2004, su memoria nos propone
la historia de un alma que revivió en propia carne el misterio pascual
de Cristo”, comenta don Pierluigi Cameroni, Postulador de las Causas de
los Santos de la Familia Salesiana.
El amor y la oración por Jesús eucaristía:prisionera
en una cama, como Jesús en los sagrarios, su existencia se hizo siempre
más y más una continua adoración eucarística. No pudiendo ingerir nada
en absoluto, ni siquiera una gota de agua, vivió los últimos trece años
de su vida, solamente de la fuerza de la Eucaristía.
El amor por la pasión de Cristo:vivirá
místicamente la pasión de Cristo de manera intensísima, sufriendo los
dolores de los estigmas, de la corona de espinas, de la flagelación, de
la muerte en cruz. La beata da Costa ha ofrecido su vida como un don de
amor a Dios Padre, para socorrer y salvar, unida a Jesús muerto y
resucitado, a las almas de los pecadores.
El amor filial a María Santísima:la
beata da Costafue, desde 1935, la portavoz de la voluntad de Jesús en
la petición de consagración del mundo al Corazón Inmaculado de María,
debidamente cumplida más tarde por el Papa Pío XII, en 1942.
Con
todo, la imitación de Cristo no consistía solamente en el sufrimiento,
sino sobre todo en el amor. Amaba de manera tal que era capaz de
transformar todo el ser, de manera que los otros vieran irradiarse de
Alexandrina la vida misma de Dios: de su mirada, de su sonrisa, y de sus
palabras de sabiduría, de dulzura, de atractivo hacia el Cielo.
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