
Siguiendo
con la campaña anual general de Pastoral Juvenil “Una casa para ti”,
proponemos como lema y motivo central de la Campaña Vocacional 2013 el slogan “Una
casa diFErente”, a través del que queremos trabajar dos núcleos de
interés que debemos relacionar desde la clave vocacional tratada de modo
general y de modo específico: la “casa” y la “fe”.
CASA
Partimos de tres registros de significados cuando hablamos de CASA en esta campaña.
La Casa somos nosotros
El
ser humano recibe de Dios un proyecto de vida que va manifestándose a
lo largo de los años. Las ideas vocacionales, desde los primeros años
pero especialmente en la adolescencia y juventud, van ocupando un
espacio en nuestra inteligencia, en nuestros sentimientos y en nuestra
vida espiritual. Solo el crecimiento y la maduración personal permiten
que las preguntas vocacionales puedan situarnos en una perspectiva
creyente.
No
estamos al mismo nivel de maduración cuando preguntamos y respondemos
estas preguntas: ¿Qué me gustaría hacer en la vida? ¿A qué quiero
dedicarme? ¿Veo alguna necesidad del mundo o de los jóvenes a la que
quiero responder? ¿Qué me está pidiendo Dios? ¿Qué me estás pidiendo
Señor? Es evidente que hay una gradación. Con los años se van haciendo
más personales las preguntas, también las preguntas vocacionales. Si en
primer lugar son cosas que me atraen, después puedo descubrir que la
vida tiene sentido y merece la pena dedicar la vida a algo que merezca
la pena, pero en alguna ocasión puedo descubrir que Dios tiene una
propuesta para mí, este es el salto de la fe, que me va a hacer
plenamente feliz, porque Dios piensa en mí con amor pleno.
La Casa es la Iglesia
Este
es el segundo registro de significados respecto a la palabra CASA que
sugiere el slogan. En esta Casa, en esta Iglesia, Dios se hace presente
en medio del mundo. Los cristianos, unidos por la Fe, buscamos la manera
de ser fieles a Dios y ponemos nuestras cualidades al servicio de todos
los hombres, para hacer posible ese mundo que Dios ha soñado desde el
comienzo.
Muchos
cristianos a lo largo de la historia han sentido la llamada, ¿a quién
mandaré?, y han respondido con generosidad, aquí estoy Señor para hacer
tu voluntad, de esta manera muchos cristianos también hoy son motivo de
alegría y de esperanza para este mundo. Vivir en esta Casa, en esta
Iglesia, nos ayuda a poder escuchar mejor la llamada del Señor.
La Casa es toda obra salesiana
Este
es el tercer registro de significados respecto a la palabra CASA. Sobre
la obra salesiana, a la que llamamos Casa porque esta palabra destaca
la cercanía y familiaridad características del carisma, decimos que
educa, evangeliza, encamina para la vida, es cauce de optimismo y
diversión (CC 40). En la Casa salesiana Don Bosco destaca con luz
propia. Él Señor nos dice a la familia salesiana que eduquemos con el
corazón de Don Bosco quien nos recuerda que “la educación es cosa del
corazón”. Un corazón lleno de caridad y con un rostro de bondad.
“Cerca
o lejos, yo pienso siempre en vosotros. Uno solo es mi deseo: que seáis
felices en el tiempo y en la eternidad. Este pensamiento y deseo me han
impulsado a escribiros esta carta. Siento, queridos míos, el peso de
estar lejos de vosotros, y el no veros ni oíros me causa una pena que no
podéis imaginar. Por eso, habría deseado escribiros estas líneas hace
ya una semana, pero las continuas ocupaciones me lo impidieron. Con
todo, aunque falten pocos días para mi regreso, quiero anticipar mi
llegada al menos por carta, ya que no puedo hacerlo en persona. Son
palabras de quien os ama tiernamente en Jesucristo y tiene el deber de
hablaros con la libertad de un padre. Me lo permitís, ¿no?… Pero ya no
oía gritos de alegría y canciones, ya no veía aquel movimiento, aquella
vida de la primera escena” (Carta de Roma).
FE
La segunda palabra destacada en el slogan es la palabra FE.
No podemos olvidar que cuando iniciemos esta Semana Vocacional
estaremos de lleno en el año de la fe. El Papa propone la imagen de una
puerta. Una imagen que nos va como anillo al dedo. No es posible una
casa sin puerta Al utilizar esta puerta, la puerta de la fe, nos
introducimos en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su
Iglesia. ¿Cómo se pasa el umbral de esa puerta? Se cruza cuando la
Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia
que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura
toda la vida. Éste empieza con el bautismo y se concluye con el paso de
la muerte a la vida eterna. La fe crece y se fortalece creyendo; no hay
otra posibilidad para poseer la certeza sobre la propia vida que
abandonarse en las manos de un amor que se experimenta siempre como más
grande porque tiene su origen en Dios.
RECURSOS
VIDEOS NUEVOS con testimonios salesianos de nuestras casas:
De momento hay 4, los tenéis aquí: